Trabajamos, principalmente, en una comarca del centro-norte de El Salvador conformada por cinco municipios pertenecientes a dos departamenteos diferentes: Cinquera, Jutiapa y Tejutepeque (departamento de Cabañas) y Suchitoto y Tenancingo (departamento de Cuscatlán).
Hay tres características comunes, de tipo medioambiental, histórico y socioeconómico, que hacen de esta zona una comarca con personalidad propia que podría denominarse Micro-región Cabañas-Cuscatlán. La primera de ellas es el compartir una importante masa forestal denominada «Bosque de Cinquera». La segunda, el haber sufrido gravemente las consecuencias del conflicto armado que en la década de los 80 del siglo pasado convulsionó al país, lo que ha implicado que tras la guerra los esfuerzos de cooperación hayan tenido que ser al nivel de reconstrucción (como ejemplo, decir que Cinquera, tanto el caso urbano como sus cantones y caseríos, resultaron destruidos en su totalidad, y lo mismo sucedió con numerosos cantones y caseríos del resto de las poblaciones). Por último, el hecho de estar sumida en profundos niveles de Extrema Pobreza, Severa en Jutiapa y Cinquera, Alta en Tejutepeque y Tenancingo y Moderada en Suchitoto.
Desde 2017 hemos ampliado nuestra zona de trabajo a una comarca del sur occidente del país, en el departamento de Sonsonate, que es la única que todavía conserva viva una de las lenguas originarias de El Salvador, el náhuat, en serio peligro de extinción. En dicha comarca se desarrolla un proyecto de conservación y recuperación del idioma, en el que participamos en la llamada Cuna náhuat.