En una cita del Equipo de Naciones Unidas de Evaluación y Coordinación de Desastres (UNDAC) acerca de la situación que tiene actualmente El Salvador ante los fenómenos naturales que se vienen sucediendo en los últimos años se señala que «…por su ubicación geográfica y otros factores, El Salvador es susceptible a ser afectado por una variedad de fenómenos naturales y/o de origen humano que originan frecuentemente situaciones de desastre, afectando con ello al territorio y a la población salvadoreña, especialmente a aquellas familias ubicadas en zonas vulnerables y de alto riesgo, y que
tienen como factor común niveles de pobreza y escasa capacidad para absorber el impacto de dichos fenómenos. A nivel global, El Salvador se destaca por presentar el 88.7 % de su territorio como área de riesgo y por tener la más alta tasa porcentual de población bajo riesgo (95.4%). Del total del PIB, el 96.4% está vinculado a áreas de riesgo».
Por lo tanto, con mucha frecuencia se producen catástrofes humanitarias a las que solemos acudir para realizar alguna acción de emergencia con el fin de mitigar en lo posible sus consecuencias.
En estas, tareas nuestra contraparte local es la Asociación Salvadoreña de Ayuda Humanitaria PRO-VIDA.
Huracán Ida
Las lluvias torrenciales y corrimientos de tierra provocados por este metoro en noviembre de 2009 ocasionaron más de 90 muertos y muchos desaparecidos en El Salvador.
En nuestra zona de actuación se dañaron muchas infraestructuras, entre ellas las relacionadas con el agua potable, con repercusión en las condiciones de salubridad de la población. Con el fin de detener los brotes de leptospirosis, dengue, malaria, diarreas y escabiosis, y evitar que se conviertieran en epidemia por las pésimas condiciones sanitarias en las que han quedado las comunidades de Copapayo, Pepeistenango y Agua Caliente, del municipio de Suchitoto , el ayuntamiento de Tudela nos financió con casi 3.000 euros, a finales de noviembre, el proyecto llamado «Detención de la expansión de las enfermedades infecto-contagiosas producidas por el Huracán Ida en tres cantones del municipio de Suchitoto».
Aquí se puede ver una presentación de fotografías de esta acción humanitaria:
Depresión tropical E-12
En octubre de 2011, el paso de este fenómeno meteorológico por El Salvador dejó gran cantidad de precipitaciones (más de 1.500 litros acumulados en 10 días, en algunas zonas), lo que produjo las consiguientes secuelas catastróficas por las inundaciones y desprendimientos de terrenos, tanto en personas (abundantes muertos y heridos) como en animales e infraestructuras de todo tipo.
Aunque nuestra zona de actuación tradicional no fue de las más afectadas del país, también aquí se dejaron sentir las consecuencias de este desastre y desde nuestro colectivo respondimos con dos acciones:
- de forma inmediata, con una subvención de 20.573 euros aportados por el Gobierno de Navarra a comienzos de noviembre de 2011 para el proyecto llamado «Dignificación de 409 familias afectadas por la Depresión Tropical E-12 en 7 comunidades de los municipios de Tejutepeque y Suchitoto».
- a comienzos de 2012, con el fin de disminuir las secuelas que a nivel sanitario se habían producido debido al daño ocasionado en los sistemas de agua potable y el consiguiente incremento en enfermedades infecto-contagiosas gastrointestinales, el ayuntamiento de Pamplona-Iruñea financió con 12.000 euros el proyecto llamado «Reconstrucción y rehabilitación de infraestructura básica y promoción del saneamiento ambiental de 3 comunidades afectadas por la situación de emergencia provocada por la depresión tropical E – 12 en El salvador».
Voluntarias navarras coordinadas por el Colectivo El Salvador Elkartasuna elaboraron el informe: «Depresión Tropical E-12. Una sistematización de la experiencia«.
Sequía de 2018
En 2018, la época lluviosa («el invierno») fue muy irregular y, aunque al final del año la cantidad precipitada fue la habitual, hacia julio hubo una sequía prolongada, de más de 1 mes en algunas zonas, lo que ocasionó la pérdida completa de las cosechas de maíz, principal fuente de subsistencia de la población campesina pobre.
En nuestra comarca, la zona más afectada correspondió al departamento de Cabañas, al municipio de Jutiapa y al aledaño de Dolores. Como respuesta inmediata a la emergencia, el ayuntamiento de Pamplona-Iruñea aprobó un proyecto de 12.000 euros llamado «Respuesta a emergencia por sequía en comunidades de Cabañas» con el que 100 familias de las más afectadas se vieron favorecidas con la entrega de paquetes de alimento para dos meses y gallos y gallinas como medio de vida.
COVID-19 y tormenta tropical Amanda
El 11 de febrero de 2020, la Organización Mundial de Salud (OMS) dio a conocer el nombre de la enfermedad que comenzó a propagarse a nivel mundial, denominándola COVID-19.
En El Salvador, el gobierno empezó a tomar medidas de prevención antes de que se confirmarán casos en el país. La Asamblea Legislativa de El Salvador decretó el sábado 14 de marzo el estado de emergencia nacional y el estado de excepción por 15 días en todo el país para suspender la libertad de tránsito y de reunión pacífica como medida extraordinaria para enfrentar la pandemia del coronavirus. El 21 de marzo el Presidente de El Salvador, Nayib Bukele, decretó una caurentena obligatoria domiciliar para todo el país por un mes con la finalidad de evitar la propagación de dicha pandemia, confinamiento que se prolongó durante 3 meses. Esta situación conllevó grandes pérdidas en las familias, bien por desabastecimiento o bien por ver eliminado, en muchos casos, el único modo de vida de que disponían, las ventas diarias o los trabajos diarios de subsistencia.
A esta situación, ya de por sí catastrófica, se sumó a finales de mayo la tormenta tropical Amanda el 31, lo que afectó, con diferente intensidad, a decenas de miles de personas en todo el país, ya que los fuertes vientos, las inundaciones y los deslizamientos de tierra destruyeron o dañaron las casas, carreteras, puentes, los cultivos de maíz y frijol recién sembrados, los sistemas de agua, así como las carreteras y autopistas.
Como respuesta a esta crisis humanitaria, presentamos un proyecto en el ayuntamiento de Pamplona-Iruñea gestionado por nuestra contraparte local Asociación Salvadoreña de Ayuda Humanitaria PRO-VIDA con el que se ha beneficiado directamente a 4.777 personas y que ha consistido en la distribución de kit de alimentarios a familias afectadas por la pandemia COVID-19, charlas de fomento de la nutrición en tiempo de escasez, distribución de kits de protección y somatización a comisiones comunales de protección civil, instalación de puntos seguros de agua en comunidades vulnerables y distribución de insumos para calidad de agua. El monto fue de 15.000 euros.